EL CORREDOR BIOLÓGICO [MESOAMERICANO]: Biodiversidad, una función a la secularidad del sistema Tierra.
Por: , el![EL CORREDOR BIOLÓGICO [MESOAMERICANO]: Biodiversidad, una función a la secularidad del sistema Tierra.](https://www.permacultura.org.mx/images/reports/54-1.jpg?1709424438 "EL CORREDOR BIOLÓGICO [MESOAMERICANO]: Biodiversidad, una función a la secularidad del sistema Tierra.")
El estudio y reconocimiento de una porción del nuestro prodigioso y diverso planeta, el Corredor Biológico Mesoamericano, provee una manera de ser contemporáneao con las singularidades de las ciencias del sistema Tierra. Las implicaciones de los estudios han han sido encontrados por la profunda herencia de interconexión entre los continentes y márgenes oceánicas de Laurentia (Norte América) y Gondwana (Sudamérica) hace ~360 millones de años. El concepto del Corredor Biológico Mesoamericano debe de buscar nuclear entre un estudio transdisciplinario (geofisiología) y un manejo holístico regional de esa herencia con la progenie del presente, para descubrir la complejidad de propiedades emergentes. La transformación de la comprensión de estos conceptos geológicos parte hacia el entendimiento del génesis de los corredores biológicos primitivos que han existido en el planeta.
La historia natural de los corredores biológicos en la Tierra registra (incluye) el tiempo geológico de la edad de la corteza terrestre en la que yacen, y las esferas envolventes más superiores de nuestro planeta en donde se aloja la vida y actividad humana. Las esferas sirven como un sistema de control activo que proveen una retroalimentación homeostática en la estabilización del flujo global de gradientes. Los corredores biológicos encapsulan una estrategia con base científica y una sinergia social cooperativa. La esturctura histórica y el destino de aquellos dominios continentales han participado hasta hoy con albergar vida. Su estudio geológico y paleontológico nos ofrecen ver hacia atrás en el tiempo para correlacionar como han sido influenciada la biología del planeta Tierra.
La complejidad erguida sobre la complejidad misma del proceso único e indivisible del superorganismo que es la tierra, posee una estructura en función a un mecanismo que interconecta la evolución de las especies y la autorregulación de las propiedades del medio terrestre. Esta estructuración se transforma en diversidad ecológica. Los componentes de los patrones de diversidad y variabilidad de los procesos terrestres en sus distintas esferas y su representación geográfica a través de los corredores biológicos, esclarecen en expresión la vida por la secularidad sincrónica–energética que corre del universo al núcleo de la Tierra y viceversa. La biodiversidad contenida en un corredor biológico es un reflejo de la diversidad y energía en la naturaleza de los procesos geológicos manifestados en superficie (principio de la tectónica de placas: deriva continental), y la subsecuente erosión el la corteza terrestre por exposición a los factores atmosféricos. La vida es un participante activo en moldear el medio físico y químico del que depende.
La estructura y modelo de los corredores biológicos son un reflejo de la madurez evolutiva de la dinámica de los continentes, que emergen adyacentes a los límites de placas tectónicas (zonas de subducción; e.g., cinturón de fuego), en donde generaciones de rejuvenecimiento de rocas afloran por vulcanismo, las cuales posteriormente se erosionan en suelos enriquecidos en minerales que potencializan la estructura de la productividad de materia orgánica.
Las zonas de colisión o cierre entre terrenos continentales son el principal y original operativo en la creación de cadenas montañosas. La mezcla de ecosistemas terrestres es modulada por las masas de tierra en eventos de colisión. Estas zonas convergentes y transformantes brindan la primera aparición de un corredor biológico [primitivo]. El levantamiento montañoso actúa parcialmente como una barrera natural, que favorece a la reorganización de la biomasa en dimensión, extensión y morfología superficial. Mientras más antiguas la rocas, mayor será la oportunidad para que el continente en el que yace los organismo esté compuesto por un ensamble de terrenos corticales ligados a distintos eventos tectónicos del pasado. Las masas continentales pueden representar arcas biológicas que se han mantenido a la deriva en viajes cuya magnitud temporal va de Época a Era. Los continentes pudieron haber transitado por varios tipos de rutas de dispersión cartesiana hasta emplazarse y desembarcar la biodiversidad albergada en otra masa terrestre, conformaándose así una invasión biológica.
Partiendo de subdisciplinas geológicas se puede comprender la biodiversidad, que es indudablemente atribuida en parte a la diversidad de hábitats presentes y el linaje entre ellos. El equilibrio de los factores que se van episódicamente desencadenando sobre las condiciones morfológicas y ecológicas del terreno trae como consecuencia mecanismos en las especies progenitoras que determinan su origen y evolución (e.g., cambio de nivel del mar). La diversidad histórica evolutiva de un grupo de especies y sus patrones expresados por el árbol de la vida, se incrementan con el tiempo de la evolución biológica sobre la tierra en millones de años.
Todas estas interpretaciones favorecen a enriquecer la paleogeografía, paleobiología y actual biogeografía de sitios específicos sobre la evolución tectónica de los componentes basales de los corredores biológicos. Parte de nuestra iluminación de la historia de la diversidad y de los procesos a gran escala sobre evolución que generaron la biodiversidad, recae en la calidad de la información paleontológica.
Un corredor biológico es identidicado en su madurez evolutiva manifestada por el valor del excedente de productividad, riqueza y [bio-] diversidad que genera, y que sobreyace a un registro geológico definido.
Un corredor biológico más que una unidad autónoma dispuesta por el hombre, es parte integral de una red de ordenamiento natural del espacio biológico a través de la historia terrestre. Estos se pueden ver como cinturones territoriales que incorporan una serie de nodos críticos en zonas que contienen comunidades biológicas, en donde a lo largo se ejerce el derecho de igualdad para una óptima existencia.
Ya esclarecidos los conceptos y modelos espacio-temporales de los factores terrestres y las reglas que gobiernan el ensamble de las comunidades, se ofrece una nueva dimensión para la crítica y expansión de consideraciones prácticas en planeación, diseño y conservación de un corredor biológico. Finalmente, se facilitará un mantenimiento sostenible en equilibrio con el desarrollo del conglomerado del tejido social y económico.
Necesitamos sentir pertenencia ciudadana con el sistema vivo Tierra (Tonantzin), porque todos somos sus descendientes biológicos. Permitámonos pronosticar, al buscar en entender nuestras raíces evolutivas, el curso vital del Corredor Biológico Mesoamericano a lo largo de los periodos geológicos. El estudio y comprensión de los corredores biológicos son un ejemplo de investigación transdisciplinario y un medio de entrada hacia la eficiencia entre el intercambio y comunicación del aprendizaje. Estas interpretaciones tienen un significado más general como herramienta para estimar historias evolutivas globales. Contribuyamos con la supervivencia de la vida silvestre y del esplendor biológico, mediante el fortalecimiento del currículum científico ante un problema social con el declive de la biodiversidad en el mundo moderno.
REFERENCIAS
- (Craw et al., 2008; de Wit and Anderson, 2003; Emerson, 2003; Graham, 1988; Jablonski, 2003; McKenna, 1972; Sepkoski, 1997).
- Craw, D., Burridge, C.P., Upton, P., Rowe, D.L. and Waters, J.M., 2008. Evolution of biological dispersal corridors through a tectonically active mountain range in New Zealand. Journal of Biogeography, 35(10): 1790-1802.
- de Wit, M.J. and Anderson, J.M., 2003. Gondwana Alive Corridors: Extending Gondwana Research to Incorporate Stemming the Sixth Extinction. Gondwana Research, 6(3): 369-408.
- Emerson, B.C., 2003. Genes, geology and biodiversity: faunal and floral diversity on the island of Gran Canaria. Animal biodiversity and conservation, 26(1): 9-20.
- Graham, R.W., 1988. The Role of Climatic Change in the Design of Biological Reserves: The Paleoecological Perspective for Conservation Biology. Conservation Biology, 2(4): 391-394.
- Jablonski, N.G., 2003. Exploring Biodiversity: Past, Present, and Future. THE FUTURE OF TAXONOMY, 55(1): 9.
- McKenna, M.C., 1972. Possible Biological Consequences of Plate Tectonics. BioScience, 22(9): 519-525.
- Sepkoski, J.J., 1997. Biodiversity: past, present, and future. Journal of Paleontology, 71(4): 533-539.